Kikyō

Era la sacerdotisa guardiana de la perla de Shikon, encargada de purificar la perla por la Aldea de Exterminadores y fue el primer amor de Inuyasha, ella e Inuyasha habían decidido dejar sus poderes de lado (ella los de sacerdotiza y el los de un demonio), e iban a ocupar la Perla de Shikon para que Inuyasha fuera un humano. Murió por culpa de una trampa que les tendió Naraku a ella y a Inuyasha (todo esto sucedió el día en que Inuyasha iba a ser un humano). Años después, fue resucitada con barro y hueso de su tumba por la bruja Urasue, en un ritual para el que se utilizó también parte de las almas de Kagome (según el shinto, el cuerpo tiene más de un alma). En un principio, la resucitada Kikyō quería vengarse de Inuyasha; pero cuando supo la verdad, decidió vengar su muerte matando a Naraku y llevarse a Inuyasha con ella al otro mundo para así estar juntos para siempre. Pero vuelve a ser la sacerdotisa caritativa que era en vida, aunque no está completamente viva y por ello necesita alimentarse de almas de mujeres jóvenes. Naraku no puede hacer daño a Kikyō porque su lado humano, Onigumo, sigue enamorado de ella, puesto que fue ella quien curó sus heridas cuando era humano. Su amor hacia la sacerdotisa fue tal que ofrece su podrida alma a miles de demonios para poder tener un cuerpo saludable, la Perla de Shikón y a Kikyō, convirtiéndose en Naraku. Pero en el monte Hakurei, tras muchos intentos, Naraku consigue finalmente deshacerse de su humanidad e hiere gravemente a Kikyō, contaminando su cuerpo con miasma (gas venenoso y corrosivo que desprenden los cuerpos en descomposición, que Naraku produce) con lo cual todos piensan que está muerta. Tiempo después se descubre que Kikyō nunca murió, su gran herida es restaurada por Kagome, purificando el misma de Naraku que invadía el cuerpo de Kikyō, con un poco de tierra de su tumba y su poder espiritual. Kikyō sigue intentando vengarse de Naraku y recuperar la perla de Shikon para purificarla y sus sentimientois por Inuyasha no han cambiado a pesar de que ella sabe que Kagome e Inuyasha están enamorados, pues aunque el tenga en una pequeña parte de su corazón esos sentimientos por ella, solo son recuerdos del primer amor. Finalmente muere a manos de Naraku al intentar Kagome purificar la Joya puesta en el cuerpo de Kikyō por Naraku.